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Si nunca has hecho tu propia salchicha, el chorizo ​​​​podría ser un buen primer intento, ya que todos los ingredientes están disponibles y no necesitas ningún equipo especial más que un procesador de alimentos. En esta receta, adaptada de Victoria Wise en su excelente libro de cocina, Salchicha: Recetas de bricolaje y cocina con salchicha casera. (Ten Speed ​​​​Press, 2010), atribuye la receta a un guitarrista flamenco llamado Anzonini.

Esta receta hace 2 1/2 libras.

2 chiles anchos rojos o secos sin tallo ni semillas
1 taza de agua
8 dientes de ajo, picados en trozos grandes
6 onzas de carne de cerdo salada, finamente picada
2 1/2 libras de carne molida
3 cucharadas de chile en polvo, preferiblemente ancho
1 cucharadita de pimienta negra molida
2 1/2 cucharaditas de sal kosher

1. En una cacerola pequeña, combine los chiles secos y el agua y hierva. Reduzca el fuego a medio y cocine a fuego lento hasta que los chiles estén bastante suaves, aproximadamente 5 minutos.
2. Retire del fuego y deje enfriar en su agua durante 10 minutos.
3. En un procesador de alimentos, procese los chiles enfriados, 1/4 taza del agua de cocción (no deseche el resto; guárdelo) y el ajo hasta obtener una pasta fina. Agregue la carne de cerdo salada y procese hasta que se combine.
4. En un tazón grande, coloque la carne molida, agregue la mezcla de chile del procesador de alimentos, el chile en polvo, la pimienta negra, 2 cucharaditas de sal y el resto del agua de cocción del chile y, con las manos limpias, mezcle hasta que se combinen.
5. Hervir un trozo pequeño y probar. Si es necesario, agregue la 1/2 cucharadita de sal restante a la mezcla y mezcle nuevamente con las manos.
6. Cubra y refrigere durante la noche para mezclar los sabores. Usa la salchicha suelta y dale forma de empanadas o empanadas según la receta. O ponerlo en la panceta de cerdo.
7. La mezcla de salchicha se puede refrigerar, tapar, hasta por 5 días o en el congelador hasta por dos meses.

Incluso si no está listo para hacer su propio chorizo, agregue unas rodajas finas de chorizo ​​seco, frito hasta que los bordes estén dorados y algo de su sabor aceitoso comience a brillar, a un plato de verduras, una ensalada o tal vez un salteado Las gambas salvajes salteadas rápidamente agregan un sabor ibérico satisfactorio a casi cualquier cosa.